miércoles, 24 de febrero de 2010

My dream is to fly over the rainbow

Hace exactamente 1 hora que he salido de casa, necesitaba un poco de aire.
Ayer disfruté de mi primera noche de fiesta aqui (en el sentido español de la palabra) y las consecuencias a la vista están, estoy hecha polvo pero me muero de ganas de contar todo lo que he visto.
Empezamos la noche tres amigas, una sudafricana, una somalí y la que escribe. El reclamo era conocer el barrio bajo de Maputo, a Baixa, una especie de barrio rojo a la africana. Normalmente no recomendaría ir a este lugar, es demasiado loco para un blanco y chica, en mi opinión, pero la curiosidad siempre tiene las de ganar.
Alli estuve sentada en un bar con cierto toque español (cabezón de toro en la pared incluído) alrededor de cuatro horas. La historia comenzó a ponerse interesante cuando un tipo, de unos 65 años, se sumó a nuestra mesa y nos relató su vida y obra al completo. Cuatro esposas, cuatro divorcios -obvio- tres hijos, última 30 años menor, fotos de sus t**** en el móvil... un tipo majo vamos, y no digo de broma. El vino empezó a aparecer desde su bolsillo hasta la mesa y en el medio de tanto festín él se pedía "caldo de galinha", que venía a ser un whisky. El nuevo amigo en concreto tenía una especie de asistente, un medio chino-mozambicano, que nos traía desde los cigarros hasta los vasos, pasando por una pizza a la que también fuimos gustosamente invitadas.
Nos habló de Africa, de las mujeres, de su carnet de VIP de varios clubs de Maputo, de los travestis que había al lado, de los hijos, esposas, divorcios, del alcohol, de cómo todo lo que tienes en la vida se puede salir del rengón sin darte cuenta.
Besos de despedida, no nos deja pagar la cuenta y nos dirigimos , con su asistente, rumbo a un club de streaptease, sí, lamentable pero había que verlo. Este submundo mozambicano me trajo de nuevo a la cabeza alguno de los libros de Mankell -un apasionado de esta ciudad- y sus descripciones sobre esos blancos pasados de edad buscando carne fresca.
Ya sin importarnos demasiado lo que nos podía deparar la noche nos dedicamos a bailar y a reir mientras nuestro asistente cuidaba de nosotras y nos encendía los cigarrillos.
Tiempo después salimos del local y cogimos el coche en medio de una marabunta que intentaba vendernos algo o simplemente saludar. Como cada noche me paró la policía y tuve que ser simpática de nuevo con ellos. Siempre les cuento la misma historia y ellos siempre me salen con algo más estrambótico, desde que me quieren comprar el coche hasta lo típico de"onde esta o meu esposo". "En el maletero, lo acabo de matar", les digo a veces...
Y es que en Maputo no hay término medio, o formas parte de la fiesta de la Embajada X o acabas rozando el oscuro mundo que hay en todas y cada una de las ciudades en las que todos y cada uno de nostros vivimos.

p.d ayer en el club nos prohibieron sacar fotos asi que sólo os puedo dejar un video de youtube con la canción que bailamos. Algo es algo, non si?





2 comentarios:

  1. Cuando estuve por ahí Bernal nos quiso llevar de marcha a la Baixa y hablaba de un club de striptease (seguro que es el mismo) pero a Paula no le apetecía nada ese ambiente (hasta lo entiendo) pero Bernal lo contaba tal cual lo has contado tú ¡¡¡toda una experiencia que hay que vivir!!!!

    Os echaremos de menos hoy en la inaguración del Pinario´s Club (que dicho así también tiene nombre de puti club jejejej)

    ya queda poco para que nos veamos

    bicos

    ResponderEliminar
  2. sen comentarios da música, pero si, podía ser peor.
    bicos
    d.

    ResponderEliminar

Seguro tienes algo que decir