sábado, 19 de enero de 2013

alive



Hace bastantes meses que no escribo en mi blog. A finales del mes de abril un dolor de espalda muy fuerte me mantuvo inactiva, hasta que finalmente, dos días antes de mi cumpleaños, en junio,  fui operada de una hernia discal entre la L4-L5. Así las cosas he estado en España recuperándome durante los últimos cuatro meses, hasta que el día 26 de setiembre aterricé de nuevo en Maputo para, por lo menos, acabar mi etapa aquí con un mejor sabor de boca. Sólo rápidamente y para los que estén en dudas sobre operarse o no de una hernia discal que no mejora, HACEDLO, eso sí, con el mejor equipo médico posible. En mi caso, el DR Fantini, de Coruña, ha sido mi gran salvador, por si a alguien le ayuda la referencia.
Pues hasta aquí lo que ha ocurrido en estos meses de silencio. 

Volviendo un poco a lo que está pasando en Maputo escribo  desde el aeropuerto de Beira, en el centro de Mozambique. En la última semana he estado por aquí y en Nampula, observando bien de cerca el fenómeno de desarrollo que el país está viviendo silenciosamente. Da gusto volver a África en este momento, con tanta esperanza respirándose en el ambiente. Me ha encantado recorrer las calles de Beira, con esa arquitectura tan imponente, entrar en el antiguo Gran Hotel y ver como cientos de personas han construido sus hogares en un edificio abandonado en la época colonial antes de abrir al público. Edificios en construcción, comercios, cientos de personas por las calles vendiendo, comprando, chinos, negros africanos, indios, pakis, chinos negros… Es mi segunda vez en Beira y me apasiona cada día más.

Mi paso por Nampula ha sido igualmente interesante. He conocido a algunos propietarios de negocios rentables que me han sorprendido. Uno de ellos, el dueño de una gasolinera en el centro de la ciudad, que me entrego su tarjeta de visita con una lista con siete negocios diferentes. Todo un talento el hombre. Fue gracioso ver cómo se las ingeniaba para tener sus cuatro gasolineras siempre funcionando, sin depender de las distribuidoras o de los problemas de suministro que muchas veces hay en Mozambique.

Siempre me fascinan las historias de negocios en África, no sé si es por el reto que supone hacer aquí alguna cosa que funcione o porque, en el fondo, aquellos que lo consiguen son realmente unos héroes  a los que siempre es un placer conocer. En Mozambique existe un verbo propio que define perfectamente la situación: “bisnear”, del “doing bussines” en inglés. 

Realmente son muchas las personas necesarias para acabar de impulsar el crecimiento real del continente y, en algún modo, da miedo imaginar cuál será el resultado, sobre todo viendo cómo se comporta la historia en situaciones similares. Muchas veces se olvida que en el desarrollo económico de África, los africanos deben cometer sus propios errores, como hemos hecho durante siglos los europeos u otras culturas y países. Por el momento, y desde mi humilde perspectiva, me siento parte de lo que está ocurriendo aquí y, pase como pase, es un honor estar participando

2 comentarios:

  1. creí que este blog estaba muerto!!!! pues a recuperarlo y a seguir escribiendo!!!

    nos vemos pronto

    bicos

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    Respuestas
    1. Uy si claro!
      Aqui seguimos!! A 40 grados pero aguantando!!

      Besos

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